viernes, 3 de julio de 2015

Innovando y rompiendo moldes, el cine gay.

¿Es posible innovar en las temáticas cinematográficas?


Gran pregunta la que nos hacemos hoy, ¿es posible innovar en las temáticas cinematográficas? El cine es una expresión artística que no nace del aire. Las primeras grandes obras cinematográficas no hacían sino recoger lo que ya fueron, tiempo atrás, grandes obras de la literatura, por tanto, innovar buscando nuevas temáticas en unas expresiones artísticas tan antiguas como la humanidad es bastante difícil. Sin embargo, trataremos de aproximarnos a esta pregunta a través de el famoso festival de cortos gay de la UNAM, o Universidad Autónoma de México (Enlace al festival).

Como podemos leer en este documento relacionado con el festival, hay quienes consideran que el cine gay no es actualmente comercial debido a las presiones/censura de las grandes distribuidoras. En este artículo se apunta la idea de que una gran innovación sería convertir el cine gay en una temática más comercial, accesible a todo el mundo. Cuando se rompan las barreras de entrada que pueda haber al cine gay, habremos conseguido una gran innovación.

Si se consigue que el cine gay deje de ser considerado precisamente así, como cine gay, y que acceda a él mayor cantidad de público de la que accede habitualmente, los cineastas habrán logrado un punto muy importante.

Porque quizás esta sea una de las pocas áreas en las que se puede seguir innovando en un campo como este. Hacer que temáticas más o menos reducidas o incluso elitistas, puedan ser consumidas por el gran público.

En una expresión artística tan trabajada como es el cine, renovarse y seguir aplicando criterios innovadores resulta una tarea difícil y complicada. Quizás por este camino se pueda ir trabajando, dentro de una dinámica de trabajo de mejora continua.

 

miércoles, 1 de abril de 2015

Innovando en la Rusia del siglo XIX, el caso de Diaguilev

Innovar en la Rusia del siglo XIX, Sergei Diaguilev 

Sergei Diaguilev, empresario de ballet y abogado laboralista


DIAGUILEV (Serge), empresario y uno de los más afamados abogados laboralistas rusos de la época. Nació en el cuartel de Selischev, provincia de Nóvgorod, 1872-Venecia 1929). Estudió derecho en San Petersburgo, donde trabó amistad con un grupo de artistas jóvenes: el pintor Alexandr Benois, Léon Bakst y Walter Nouvel. Fundó una revista, Mir Iskusstva ( El mundo del arte) , que se publicó de 1898 a 1904. A partir de esta fecha, montó una serie de espectáculos en San Petersburgo y en París, donde presentó el Boris Gudonov con Chaliapine. De nuevo en Rusia, organizó una compañía de ballet con bailarines del Teatro imperial: Arma Pavlova, Michel Fokine, Tamara Karsavina, Ida Rubinstein, Vaslav Nijin-sky y su hermana Bronislava, Adolf Michel Mordkin, etc. La temporada de ballet que organizó en 1909 en París, durante la cual presentó Las sílfides, El pabellón de Armida, El príncipe Igor y Cleopatra, le deparó un gran éxito. Desde el primer momento pidió y obtuvo la colaboración de los mejores poetas, músicos y pintores de su tiempo.
Al año siguiente, y también en París, presentó: Scheherazade (Rimski-Kórsakov, Fokine, Bakst), El pájaro de fuego (Stravinski, Fokine, A. Golovin), Carnaval (Schumann, Fokine, Bakst) y Giselle (A. Adam, A. Benois). En 1911, formó su propia compa-ñía, porque hasta entonces había estado obliga-do a plegarse a las exigencias del Teatro imperial, de quien dependían sus artistas. La compañía de los Ballets rusos actuó en Roma, Montecarlo y Londres, con sus nuevas obras: Petrushka Fokine, A. Benois), El espectro de la rosa (J. L. Vaudoyer, Weber, Bakst) y El lago de los cisnes (Chaikovski, M. Petipa). En 1912, Nijinsky compuso su pri-mera coreografía, La siesta de un fauno (Debussy, Bakst), y Fokine montó Dafnis y Cloe (Ravel, Bakst) y Dios azul (J. Cocteau, J. Madrazo, Reynaldo Hahn y Bakst). Fokine abandonó la compañía en 1913, año en que ésta presentó dos ballets de Nijinsky: La consagración de la primavera (Stravinski) y Juegos (Debussy).

Durante el mismo año, la compañía actuó en Montecarlo, en Londres y en París, donde inauguró el teatro de los Campos Eliseos. La ruptura entre Diáguilev y Nijinsky ocasionó la entrada de Fokine en la compañía, en la que inició también sus actividades L. Massine, con La leyenda de José de Richard Strauss. Vera Nemchínova, Stanislas Idzikovski y Léon Woi-zikovski se unieron a la compañía de Diáguilev en el momento en que emprendía dos grandes giras por América del Norte y del Sur.

Desde 1916 hasta su muerte, Diáguilev estrenó, entre otros, los ballets: Las mujeres de buen humor (Scarlatti, Massine, Bakst); El sombrero de tres picos (Falla, Massine, Picasso);

Vídeo de "El sombrero de tres picos" de Don Manuel de Falla.


Renard (Stravinski, Nijínskaia, Larionov); Bodas (Stra-vinski, Nijínskaia, Goncharova); Las ciervas (Poulenc, Nijínskaia, Marie Laurencin); El tren azul (J. Cocteau, Milhaud, Nijínskaia y H. Laurens); Los marineros (Auric, Massine, Pruna); La gata (Sauguet, Balanchine); Apolo Musageta (Stravinski, Balanchine; Bauchant); El baile (Vittorio Rieti, Balanchine, De Chirico) y El hijo pródigo (Prokófiev, Balanchine, Rouault).

En veinte años, Diáguilev descubrió y presentó grandes coreógrafos (Massine, Balanchine) y grandes bailarines y bailarinas (Serge Lifar, Anton Dolin, Felia Dubróvskaia, Alicia Márkova, Olga Spesívtseva). Realizó su obra gracias a una fecunda síntesis de músicos como Stravinski, Prokófiev, Poulenc, Auric, Satie, Milhaud e Hindemith; de pintores como Rouault, De Chirico, Utrillo, Picasso, Braque, Derain y Marie Laurencin, y de escritores como J. L. Vaudoyer y J. Cocteau. La última temporada que dirigió fue la de 1929 en Londres, acabada la cual partió para Venecia, donde murió en el mismo año.